Este año he decidido empezar a cuidarme. Bueno, lo he decidido “otra vez” pero ahora va en serio.
Operación “Nueva vida” en marcha: ¡¡me apunto al gimnasio!!
Pero como tampoco es plan de empezar la primera semana de enero con los restos de los turrones que han sobrado de las Navidades aun encima de la mesa le he pedido a los reyes magos del decathlon cinco pares de calcetines, unos pantalones, camisetas y un pulsímetro (que he oído por ahí que es muy importante lo de saber la frecuencia cardiaca). Los reyes me han dicho que vale, que “yo lo valgo”, pero que mejor espere unos días más a que empiecen las rebajas que este año aún hay crisis. Como tienen razón he decidido emplear esos días de margen para buscar el mejor gimnasio donde apuntarme: ya que voy a empezar una nueva vida ¡tengo que elegir bien! Mmmm….¿a que gimnasio me apunto?
Conecto el ordenador y busco en el google “gimnasios en mi ciudad”. ¡Resulta que hay muchos! De hecho nunca hubiera imaginado que hubiera tantos (las cosas que se descubren). A ver que servicios ofrecen: fitness, wellness, spinning, zumba, steps, body pump, Trx training…mmm vale, no debería haber dejado las clases de inglés porque no me entero de nada. Eso si, he confirmado mis sospechas: el profesor de gimnasia que tenía en el cole cuando era pequeño no se enteraba de nada. ¡Mira que hacernos correr por el patio pudiéndonos hacer practicar el Running! No me extraña que ahora yo no esté en buena forma física (¡todo por su culpa!).
Al final he mirado lo único que entiendo: el precio, y me he apuntado a uno que dan toallas en la entrada y hay champú gratis en las duchas. No era el más barato (porque ya decía mi abuela que lo barato al final sale caro…mira Ryanair!) pero tampoco el más caro (¡no me gusta la gente pija! Y tampoco lo puedo pagar, pero eso es secundario). Eso si: me queda un poquito lejos de casa pero con lo motivado que estoy eso seguro que no es ningún problema!
El día ha llegado. Esta mañana me he levantado antes, he preparado la bolsa del gimnasio y en un plis plas ya estaba en los vestuarios con mi toalla. Esto ya no tiene vuelta atrás!! Me dirijo a la sala de fitness, abro la puerta y:
Delante mis ojos aparece una sala enorme llena de máquinas que nunca he visto antes (¿cómo deben funcionar?), un montón de gente corriendo encima de cintas como hamsters en una rueda (almenos eso parece fácil), chicos con camisetas ajustadas levantado pesas enormes en un rincón mientras se miran al espejo todo el rato (ahí ni me acerco),… Busco con la mirada a alguien que pueda ayudarme y al final veo sentado en una mesa al técnico de la sala de fitness.
Me acerco tímidamente a su mesa para pedirle que me indique qué ejercicios puedo hacer pero empieza a preguntarme cosas raras como: “¿qué objetivo tienes?” (pues una “nueva vida” claro… no es eso un objetivo?) “¿Has entrenado antes con mancuernas?” (¿qué es una mancuerna?) “¿Cuántos días a la semana vendrás?” (mmm… no me lo he planteado pero tampoco muchos que no quiero “obsesionarme”). Después de un interrogatorio inacabable acaba sacando de debajo de la mesa una rutina con dibujitos (la misma que le ha dado a una chica que estaba antes que yo… que me he fijado) y me comenta que empiece con esto para la fase de “adaptación anatómica al ejercicio”.
Mi conclusión: este no se entera de nada.
Me acerco a la cinta de correr y empiezo a trotar un rato. A los dos minutos me aburro y pienso que será todo mas divertido si me apunto a alguna clase dirigida. Además tampoco me interesa “hacer máquinas” o levantar pesas, que a los dos días de empezar ya me “pongo muy fuerte” y tampoco “me quiero pasar”.
Aparezco por la clase de Zumba, me doy cuenta de que soy un pato a los 15 minutos y desaparezco disimuladamente por la puerta de atrás para aparecer en la clase de Spinning (ah coñe, spinning significa “ir en bici”! haber empezado por ahí!). Musica estridente, unas bicicletas muy raras y gente de lo mas variopinta con una única característica en común: están todos sudando como pollos. Intento seguir el ritmo de la clase sólo para descubrir que a los cinco minutos estoy al borde del infarto (y después dicen que el deporte es saludable!). Me bajo y me voy para casa que para ser el primer día ya he hecho bastante.
Al llegar a casa corro a la báscula a pesarme (¡¡mis esfuerzos tienen que notarse ya!!) pero todo continua igual. ¿Como puede ser!!? ¿No aprecia la báscula mi sufrimiento!? Al día siguiente vuelvo a poner el despertador temprano pero al intentar levantarme me duelen partes del cuerpo que no sabía ni que existían. ¡Uf, mejor hoy descanso y me quedo en casa!
Un tiempo después nos planteamos si vale la pena lo del gimnasio y progresivamente dejamos de ir. Eso si, continuamos pagando “por si algún día me vuelvo a poner a ello” (haciendo muy felices a los dueños del gimnasio).
Así pues, aquí te dejamos unos consejos básicos que debes saber si quieres apuntarte al gimnasio:
¿Tienes preguntas o comentarios? ¿Quieres contarnos tus experiencias en el gimnasio? ¡¡Queremos oir tu opinión!!
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2 Comments
referent a l’ exercici¡¡¡
estic fent natacio sobre tot esquene doncs tinc problemes de cervicals no molt greu , pero vui tonificar i tambe un cop per setmana faig aquagim , aniria be fer bicicleta dos dias a la setmana elas altres tres piscina??? el problema es que per falta de temps nomes puc estar 30 com a molt 40 minuts fent exercici
Hola Tesova,
Las causas que pueden provocar el dolor cervical son múltiples: posturas forzadas prolongadas (por ejemplo: trabajo delante de un ordenador), stress, falta de ejercicio físico, traumatismos, etc… Estos factores acaban provocando inestabilidad de la musculatura cervical, lo cual causa dolor y hace que inconscientemente movilizemos menos el cuello provocando más atrofia muscular (y mas dolor). Como puedes ver es un círculo vicioso que de no romperse acaba causando cambios degenerativos (artrosis, protusiones, hernias discales,..).
La solución a estos problemas cervicales pasa por:
1) Corregir las malas posturas en el caso de que este sea el problema.
2) Potenciar la musculatura estabilizadora cervical y la espalda.
Contrariamente a lo que muchos piensan (incluso médicos), la natación no es el deporte adecuado para tratar estas patologias. Para potenciar la musculatura es necesario que exista una resistencia progresiva del músculo con unas fases de contracción-relajación que no se dan en la natación. En el agua nos sentiremos mejor porque las articulaciones están mas relajadas (menos resistencia) pero esto no nos ayudará a mejorar.
Mi consejo personal es que dediques gran parte de tu tiempo al trabajo en la sala de musculación realizando ejercicios seguros que puede indicarte el técnico de tu instalación (o nosotros si lo prefieres). Con esto notaras una gran diferencia. En tu caso, todos los ejercicios que propones son para potenciar el sistema cardiorespiratorio (bicicleta, natación,..) pero necesitas incluir tambien trabajo neuromuscular (pesas).
Espero haberte ayudado!