Frecuentemente nos encontramos con personas que no quieren consumir lechuga (sobretodo antes de irse a dormir) porque comentan que retiene líquidos y resulta indigesta.
Hoy veremos qué respuesta nos da la evidencia científica actual a la pregunta: ¿Comer lechuga hace que se retengan líquidos?
¿Qué significa «retener líquidos»?
Tenemos que saber que para sobrevivir nuestro cuerpo debe alcanzar un estado de equilibrio para que todo pueda funcionar correctamente. Es decir: nuestra temperatura debe estar alrededor de 37ºC, los latidos del corazón entre 60-85x’, etc… Como vivimos en un entorno cambiante este equilibrio puede alterarse muy fácilmente por lo que el cuerpo debe adoptar medidas para corregir estas alteraciones constantemente. Por ejemplo: Si hace mucho calor empezamos a sudar para disipar el calor que nos sobra,…
Como explicamos en el post anterior: «El poder del agua» que podéis leer haciendo click AQUí el 60-70% de nuestro organismo es agua y las encargadas de regular su presencia en nuestro cuerpo son las hormonas (vasopresina, aldosterona y péptido natriurético atrial)
Hablamos de que existe «retención de líquidos» cuando por algún motivo se produce un desequilibrio en este sistema y se acumula más agua de la necesaria en nuestro cuerpo. Esto provoca sobretodo una sensación de «hinchazón» generalizada que puede ser más o menos importante o prolongada en función de la causa que la esté provocando.
¿Qué puede provocar una «retención de líquidos»?
Básicamente producirán «retención de líquidos» todas aquellas cosas que provoquen:
Las causas más frecuentes son:
¿Qué propiedades tiene la lechuga?
La lechuga es una planta con poco valor nutritivo ya que el 90-95% es agua. Aún así es rica en vitaminas y minerales como fósforo, hierro, potasio y aminoácidos.
Como podéis ver por su composición, debido a la gran cantidad de agua que posee, el comer lechuga provoca un efecto diurético. Es decir: si todo funciona correctamente en nuestro organismo los mecanismos de regulación se pondrán en marcha y haremos más pipí ya que habremos consumido mucha agua.
La lechuga también contiene una substancia natural llamada Lactucina que actúa como calmante por lo que nos puede ayudar a conciliar el sueño.
Aún así la digestión de la lechuga puede resultar incómoda para determinadas personas debido a la gran cantidad de fibra que posee. Si esto sucede se provocan gases y la consiguiente hinchazón abdominal debida a estos últimos (pero en ningún caso debido a retención de líquidos). Se recomienda en este punto que cada persona evalúe personalmente como le sienta el consumo de lechuga a este nivel.
Conclusiones:
Consumir lechuga (ya sea por la noche o de día) NO hace que retengas líquidos. Al contrario: es un diurético natural.
Consumir lechuga puede resultar indigesto para algunas personas y provocar gases: si no te sienta bien simplemente no comas lechuga.
Si notas que después de consumir una ensalada retienes más líquido seguramente es debido a la ingesta excesiva de Sodio. El sodio se encuentra en la sal y en muchas de las salsas o vinagretas con las que algunas personas acompañan las ensaladas: reduce su cantidad y lo más probable es que desaparezca también la retención.