Sabemos que no hay una dieta perfecta, la mejor dieta es aquella que el cliente va a seguir, aunque esta no sea perfecta. Así que nos basamos en esta premisa para una propuesta de pautas alimentarias basadas en los gustos y preferencias del cliente, así como en sus costumbres, horarios y conocimientos de cocina. Para ello es sumamente importante tener esta información de antemano, cosa que facilita la tarea de que el apartado nutricional se adapte a nuestro cliente de la mejor manera, sin causarle cambios importantes en sus costumbres. 

Para ello también pedimos que 24h antes de su primera visita se envíe la información nutricional de aquellos alimentos consumidos diariamente y de los que se disponga dicha información. La mejor manera de hacerlo es a través de una fotografía del recuadro donde aparece la información nutricional del alimento (informando de qué alimento se corresponde con cada fotografía). Son alimentos tipo: tostadas, leche, yogures, cereales, cremas, sopas, consomés, comidas preparadas o congeladas tipo ensaladilla rusa, salsas (tomate, mayonesa,…), bebidas tipo zumo o similares (soja, horchata,…) u otros productos de consumo frecuente y del que se disponga dicha información. No hace falta que se haga para las frutas ni verdura, carnes, pescados o huevos, a no ser que sean procesados (revuelto de verduras, relleno para empanadas,…). 

• Es muy recomendable hacerse con una báscula de cocina para pesar alimentos, sobre todo si se quiere consumir alimentos tipo arroz, pasta, patata, pan o legumbres. 
• A su vez es indispensable rellenar el cuestionario inicial adjuntado y enviarlo con un mínimo de 24h antes de la primera visita. Sin él es imposible que nos podamos hacer una idea de lo que el cliente necesita, de cuáles son sus puntos fuertes y débiles, hacer una estimación del programa a seguir más adecuado o diseñar una propuesta coherente y que se adapte al cliente.